Comencé en esta profesión con tan sólo 11 años.

Tras muchos esfuerzos y con una gran ilusión, hace más de 30 abro mi propio salón de peluquería, ANTONIO PELUQUERO, dedicado exclusivamente al servicio del caballero.

Tanto mi equipo como yo, hemos querido ofrecer a nuestros clientes profesionalidad, calidad y familiaridad cosas que creemos conseguidas puesto que llevan confiando en nosotros desde los comienzos.

Ya jubilado, llevo con mucho orgullo que tres de mis hijos continúen con una profesión que tantas satisfacciones me ha dado.

Aunque la electrónica fué mi primera opción.

El olor de  champús  y el sonido de los secadores con los que crecí, me hicieron ver que mi profesión sería la peluquería.

A  los 14 años me incorporé a trabajar con mi padre.

Desde muy pequeño tenía claro que quería continuar el proyecto que mi padre había comenzado hacía unos años.

Comencé mi andadura profesional muy joven. En los comienzos sólo barriendo y lavando cabezas. 

Las ganas de aprender, la ilusión y la pasión por la peluquería, hicieron el resto.

Soy el más joven y el último en incorporarme al negocio familiar.

Cuando comencé, la escoba era más grande que yo, pero así son los comienzos.

Estudié peluquería y estética, aunque parte de lo que sé, se lo debo a mi padre y hermanos.

Tanto mis hermanos como yo, nos hemos convertido en grandes profesionales de la peluquería masculina gracias a la experiencia de tantos años y a las enseñanzas de nuestro padre.